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Cientista Politico y Licenciado en historia.

viernes, 8 de enero de 2010

El despertar del Gigante Ruso


El escenario mundial tras la caída del muro de Berlín cambió drásticamente de ser un mundo bipolar (hegemonía de EE.UU. y la URSS) a ser unipolar. Esta unipolaridad ha ido cambiando poco a poco el centro de gravedad de occidente a oriente. Por su parte, los ojos ahora están puestos en oriente en donde el boom económico de potencias como Japón, China, India, Malasia y Singapur están dando que hablar y se están posicionando fuertemente en la región. La gran hegemonía de países emergentes cambió el tablero mundial, situándonos ahora en un mundo post- estadounidense y con claras tendencias multipolares con países como China, Unión Europea, India y Rusia.

La Rusia actual tiene todos los componentes necesarios para volver a la elite mundial, para eso debe canalizar los esfuerzos en ordenar sus finanzas internas y seguir su política de posicionamiento en la zona de la Europa de Este. La sociedad rusa, por su parte, le ha demostrado al mundo no estar en condiciones de vivir sin una ideología oficial, o algo que esté por sobre ellos. Eso fue lo que supo leer correctamente Wladimir Putin cuando a partir de su segundo periodo presidencial (2004-2008) empezó a desarrollar un programa nacional enfocado en la nación y el pueblo.

Históricamente Rusia ha funcionado bajo el eje de tres conceptos claves que son el pueblo, la soberanía centralizada y la religión. Básicamente hablamos del Estado rígido zarista, la autarquía comunista implantada por la URSS y el cristianismo ortodoxo. Esta es la esfera de poder con que cuenta Rusia actualmente y será ésta la que los hará despertarse de los laureles y volverse a posicionarse como potencia que fue. Para este fin los objetivos son claros. Medvedev a sabido precisar su política externa y mantener una férrea actitud con los países que antes conformaban la orbita soviética – como dijimos- con la intención de alcanzar la supremacía para con sus circundantes y de esta manera poder supervigilar la región para con sus propios intereses.

Lo acontecido a fines del 2008 cuando se enfrentó y aplastó a la Georgia de Saakashvili, nos demuestra la nueva dinámica de la estrategia exterior de Rusia, el no dejarse amedrentar por ningún país que no esté dentro de los planes del Kremlin. Por su parte, la aptitud adoptada por Saakashvili fue la de un verdadero genocida de su propio pueblo tras no aceptar que Osetia del sur y Abjasia se independizaran. Esto marca la tónica de que el principal objetivo es mantener la postura política por sobre los deseos de la misma gente.

Para Rusia es este el juego en que quería entrar y donde se siente más cómodo, que es el juego de amedrentar mediante el uso de la fuerza si es necesario y la de emprender protección a sus antiguos aliados de la ex orbita soviética. La imagen de sentirse impávido ante las solicitudes de la Unión Europea, Estados Unidos y la misma OTAN se acercan a sus pretensiones de desbalancear a los países Pro- Unión Europea, a través de tratados bilaterales, como los ya realizados con Alemania, Francia e Italia por materias energéticas.

Una de las grandes escuzas mediatas que tienen para intervenir son su cantidad de rusos que tienen apostados en la región, precisamente ese fue el fundamento con que se decidió ingresar a terrenos de Osetia del Sur, aduciendo que la población rusa se erguía por sobre el 70% del total de la población, que es un dato importante a considerar. Además, la de controlar los oleoductos que conectan con gran parte de la red que suministra la energía a Europa central.

En la actualidad su gran aliado ha sido Bielorrusia, con quién han realizado despliegues militares en conjunto a los alrededores de Polonia. Este despliegue realizado en Septiembre del 2009 por las fuerzas militares rusas ha sido el mayor ejercicio militar emprendido tras los últimos 30 años. El objetivo primordial del Kremlin fue la de observar los progresos de las fuerzas militares rusas; y por supuesto, que le “observaran” las nuevas tecnologías que ha alcanzado Rusia, sobretodo en materia de Comunicaciones. La alianza estratégica con Bielorrusia lo dejan con una posición expectante en la zona a nivel geoestratégico porque ahora tendría una inmejorable posición hacia la Europa Centripetal, precisamente e ahí las dificultades que tienen de “cabeza” a los propios polacos.

La estrategia a utilizar de parte de Medvedev se a orientado al de “separar para gobernar”, este a sido el mecanismo utilizado para impedir la solicitud de ingreso a la OTAN de Georgia y Ucrania- claro está- firmemente apoyado por Polonia que no le acomoda en absoluto seguir siendo el país “colchón” entre la Europa Occidental y Rusia. Cabe recordar, que la política militar de Estado Unidos bajo el gobierno de Bush contemplaba realizar un escudo misilístico con la intención de controlar los arsenales militares iraníes, esa era la explicación que daba Washington, pero en la práctica es mucho más que un “mirador” hacia las tierras del Eufrates y el Tigris, sino que era un lugar clave para controlar y supervigilar la Europa del Este, Rusia y el acceso energético proveniente de Rusia. El actual gobierno de los Estados Unidos se ha pronunciado al respecto señalando que desistirán de la terminación de este proyecto misilístico. Que tenían muy preocupado al gobierno de Medvedev por la amenaza que presentaría este proyecto de gran envergadura; sin duda, hubiese sido insuficiente para controlar la magnitud del arsenal ruso, pero fue visto de parte del Kremlin como una seria amenaza a su disuasivo poder nuclear y un acercamiento completamente injustificado de parte de los Estados Unidos.

Rusia tras el término de a guerra fría debió sufrir grandes embates económicos y la pérdida de millones de recursos naturales tras la independencia de gran parte de los países que conformaban la orbita soviética. Hoy en día, Rusia se encuentra en una trancisión económica poniendo sus mayores esfuerzos en controlar la inflación, que en los últimos años a llevado una constante alrededor del 10%, y la de robustecer su moneda, el Rublo. El mayor aporte al PIB del país lo realizan los servicios que bordean el 55% del PIB, lo sigue la industria que bordea el 40% y en menor medida la agricultura con un 5%. El problema fundamental que debe enfrentar Rusia para llegar a ser potencia a nivel económico, será la de reordenar sus finanzas y focalizar las inversiones de mejor manera, con el objetivo de sacarle provecho a su vasta cantidad de recursos que posee. Cabe considerar que es el mayor productor de madera del mundo, teniendo el 20% de las reservas mundiales y es el 2º productor de petróleo del mundo tras Arabia Saudí, donde sus reservas alcanzan el 4,5% del total del orbe, a esto le sumamos un 27% de las reservas de gas natural del mundo.

Con todo esto, Rusia está en condiciones de entrar en la élite mundial a nivel económico si se lo propone, sin embargo no basta con aceptar su condición, sino que es hora de actuar. Aún siguen restricciones a las condiciones de exportación, donde lo aranceles y las barreras administrativas siguen siendo muy elevadas y con una alta intervención burocrática, por lo que se hace demasiado engorroso. Este es uno de los grandes problemas que no puede solucionar el Estado todavía, la modernización debe empezar desde el seno mismo de la maquinaria estatal para potenciar la inversión en infraestructura adecuada para la industria de los commodities, que se ha venido estancando progresivamente, por causa de las precarias condiciones estructurales. Tal es el caso de las industrias petrolíficas.

El principal esfuerzo debe orientarse en seguir manteniendo el sitial en materia energética que lo ha llevado a ser el abastecedor de gran parte de Europa y el cuarto a nivel mundial en productividad energética tras Estados Unidos, China y Japón. Esto por la diversidad que poseen en carbón, gas y petróleo. Las políticas económicas se están realizando en buena dirección, porque le están asignando la importancia necesaria a mantener una economía con influencias “hacia afuera” este es el caso los últimos acercamientos con países como Brasil, China e India – grupo denominado BRIC- donde estos contactos van de la mano a la comercialización conjunta, intercambio de bienes y servicios, mejoras tecnológicas y aliados políticos.

Cabe destacar que los cuatro integrantes de este grupo son lo llamados a reconquistar su liderazgo en la región, como el caso de Brasil en Sudamérica, China en Oriente y Rusia en Europa del Este. Este es el destino de Rusia donde la organización interna será la llave que lo hará despertar y empezar a generar las influencias necesarias para comenzar a crear un nuevo Estado y empezar a rearmarse tras la caída del imperio soviético.