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Cientista Politico y Licenciado en historia.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Chile y su vinculación a la OCDE

Este gran salto- cualitativo y cuantitativo- realizado por Chile de inmiscuirse al grupo selecto de los “pesos pesados” de la economía mundial, es simplemente formidable. Las políticas económicas que ha trazado Chile en los últimos 20 años van de la mano a una imagen país de ser una plataforma económica en la región, cabe recordar en la década de los 90’ la apuesta por los TLC y la entrada a la APEC.

La gestión macroeconómica ha sido un acierto, a pesar de los embates que han producido las crisis internacionales; las finanzas públicas han sido un verdadero ejemplo de cómo enfrentar los momentos más críticos y aún así mantener reservas en el extranjero.

Sin embargo, el acceso a este conjunto económico no fue fácil. Se Debieron adoptar una serie de reglamentos para que Chile estuviera en la vanguardia económica mundial, fue así que se avanzó en materias de modernidad al sistema financiero, productivo e institucional. Se hizo necesario cambiar las normas que regían a los gobiernos corporativos de las empresas, poniendo énfasis en la responsabilidad penal para aquellos que se confabulen para lavados de activos o la regulación dolosa de los precios, quizás el mejor ejemplo para esto fue lo que aconteció en la colusión de los precios de las farmacias, dónde hubiese sido mucho más efectiva y dura la pena para los culpables.

Otro gran avance en materia financiera será la prohibición del uso de información privilegiada, lo que permitirá una mayor igualdad en la tranza de las acciones, y a su vez una apertura a gradual a compañías de menor importancia. La flexibidad al secreto bancario, por su parte, traerá como consecuencia una mayor transparencia en el mercado bursátil y dejaremos de permanecer en la “lista gris” de paraísos fiscales, donde aún permanecen potencias cómo Suiza, Singapur y Austria. Todo esto para afirmar la seguridad y la estabilidad a los mercados y capitales extranjeros.

Sin duda, el gran reto viene ahora en adelante dónde se verá realmente si Chile puede salir adelante en materias que históricamente han sido insuficientes. Tal es el caso de la innovación en tecnología e investigación para hacer de Chile una potencia productiva y sustentable, si bien los aportes reales han sido bastante deficientes, ésta es la oportunidad para poder compararnos con las verdaderas potencias en el rubro.

Por su parte, en materia de educación será la gran apuesta que Chile deberá enfrentar. La accesibilidad a la educación superior ha sido un verdadero problema y lo peor aún, sin resultados para los sectores más vulnerables. Es ahora el momento de proyectar las suculentas inversiones en educación y focalizarlas de mejor manera, con el único objetivo de mejorar la productividad del trabajo y de una vez por todas acortar la gran brecha de ingresos en nuestro país.

Sin embargo, la inclusión de Chile a la OCDE si bien es importante, porque sería el primer país sudamericano en pertenecer a este selecto grupo de las 30 mayores potencias económicas del mundo y segunda a nivel latinoamericano- tras México- no obstante, el impacto real no es la gran panacea como muchos quieren verlo, ya que los beneficios reales no son tan palpables – como el caso mexicano- ya que no resuelve los problemas estructurales del país, sino que los pone en el tapete mundial. Lo importante es que los principales cambios ya se establecieron a nivel interno, ahora habrá que esperar para que estas políticas se adecúen a nuestra realidad y podamos recién soñar con ser un país del prestigioso “club de los países ricos”.

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